sábado, 3 de diciembre de 2011

Insignificancia

Estoy en alguna parte, lejos, muy lejos, pues quise alejarme de todo, sin que nadie lo supiera, a esta hora en que todos duermen y no sé yo donde estoy.

Primero no hubo nada que quisiera hacer. Las cosas habían perdido todo sentido, y por eso mismo estaba inmerso en esa confusión donde no sabia siquiera si quería seguir siendo. No quería ser, no quería mas de nada y es por ello que ahora me encuentro aquí. Sí, nadie lo sabe, o eso creo, se darán cuenta, probablemente.

Sé donde estoy, no podría estar en otro lugar, mas sin embargo no sé cómo llamarle, pues de muchas maneras había escuchado que le llamaban, y veo ahora que ninguno de esos nombres es apropiado, ninguno dice nada sobre lo que este lugar en verdad es.

Otra cosa que recuerdo es que se decía mucho sobre la posibilidad de volver, de irse de este lugar. Pero no veo salida, algún camino de regreso, ninguna forma de escapar. ¿Pero para qué quiero escapar, si lo que me trajo aquí fue justamente el deseo de dejarlo todo atrás, de alejarme, de irme lejos, muy lejos?

No entenderán el por qué de mi partida, no espero que lo entiendan, ¿cuándo entendieron algo?

Es verdad que aquí hay paz, pero no encuentro respuesta a muchas cosas, ni comprendo el por qué de muchas otras. Mis pensamientos son ya parte de todo lo que veo, de todo lo que puedo tomar con las manos, de todo lo que pueden mis oídos percibir como música o como murmullos del viento; mis pensamientos son ahora cada pétalo de las flores. Son todo, es decir, ya no hay más.

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